Mi trabajo en el Jamboree Mundial Suecia 2011

Esta vez quiero contarles sobre la actividad que me tocó hacer en el Jamboree Mundial de Suecia. Estuve en uno de los módulos de programa, llamado People, que a su vez se componía de 4 áreas: el City Core (Corazón de la ciudad), el Garden of Reflection (Jardín de la Reflexión), el Craft Village (Pueblo artesanal) y el Stage (Escenario). La idea de este módulo era redescubrir el interior de cada uno de los participantes, para comprenderse mejor con los demás. Confieso que algunas actividades me parecían muy “aburridas” para chicos… pero en vista de que los Jamborees Mundiales no son en realidad para Scouts, sino para Caminantes (y Rovers, allá donde no hay la rama Caminantes), entonces había que confiar en que éstos aprovecharían el módulo.

Para que tengan una idea: en el City Core se hacía un juego llamado “Rafa Rafa”, bastante interesante, pero que describiré en otro momento, para que lo puedan poner en práctica.

En el Garden of Reflection había una línea de tiempo para ir meditando acerca del pasado personal: se trataba de una soguilla que iba en medio del bosque, y cada tanto había un objeto que recordaba una etapa de la vida, por ejemplo un osito de peluche, un cuaderno escolar, unos CDs de música (ja! en mi época eran cassettes!), etc. También había un espacio donde por medio de títeres se debía representar una situación escrita en un papelito, referente a un conflicto en la patrulla… en realidad tenía que ver con los derechos del niño / adolescente. Otra actividad se llevaba a cabo dentro de unas carpas oscuras: se contaba una historia meditativa con música (les sugerí cambiar esto, ya que – en verdad – daba sueño!!!). Finalmente había una persona que dirigía Qigong, una especie de Tai Chi.

(Con tanta bulla que había cerca, rebauticé al “Garden of Reflection” como “Garden of Distraction”)

El Stage era el escenario donde se presentaba un show de unos 20 minutos, que era bastante interactivo. No sólo les hacía reír, sino también que terminaban moviéndose, bailando, soltándose.

Finalmente puedo hablar del Craft Village, que es donde trabajé junto con mi Patrulla Fika (ver en uno de los posts previos). El Craft Village se componía de dos partes: La primera eran los “Valuable Exercises” (Ejercicios de Valores) y después venían los “Crafts” (manualidades).

¿Cómo se jugaba los Ejercicios de Valores? Primero la patrulla debía sentarse en círculo, y en medio se repartían unas tarjetas. Algunos sets de tarjetas eran fotos, y otros eran palabras que se referían a valores (amor, solidaridad, amistad, trabajo, bondad, etc.) Las fotos eran variadas y podían sugerir distintas ideas a cada uno: por ejemplo había una pareja de viejitos, un cuaderno de estudiante, un tren, unos pies sucios, etc. Los miembros de la patrulla debían observar las tarjetas en silencio y luego escoger 1 de ellas, sin tomarla. La elección debía responder a alguna de las siguientes preguntas: cuál de estas tarjetas es aquélla que más sentido tiene para mí, o con la que más me identifico, o la que más recuerdos me trae, o la que me habla de mi futuro….

(Cuando ensayamos el juego por primera vez, había que escoger 3 tarjetas, pero en vista de que el tiempo era muy limitado, decidimos que los chicos eligieran sólo una).

Una vez que todos hubieran elegido su tarjeta, se entregaba un objeto a uno de ellos (un tronquito, por ejemplo) y sólo el que lo sujetaba tenía derecho a hablar, mientras que los demás sólo podían escuchar. Había que explicar el porqué de la elección de la tarjeta. Después que terminaba, el tronquito pasaba a otra persona, y así sucesivamente hasta que todos se hubieran expresado. Nadie debía preguntar, ni comentar, ni nada, respecto a lo que el otro hubiera dicho. También dábamos la indicación de que todo lo hablado en ese círculo, debía quedar dentro del círculo – sobre todo si había cosas muy personales.

Como habrán visto, la idea del juego era descubrir a los demás el interior de uno mismo. Con esto se buscaba que los chicos se conocieran más (aun formando una patrulla estable, muchas veces ni se conocen en verdad!) y así pudieran interactuar mejor.

Después de los Ejercicios de Valores, que supuestamente debían durar 20 minutos, los chicos podían pasar a hacer una de las manualidades… que tenían que ver con su personalidad, o con algo de lo que habían reflexionado en el módulo. Así teníamos los colgantes (hechos con pabilo y cuentas de madera), los autorretratos (se les tomaba una foto que se imprimía, a la que ellos debían decorar después con colores y/o escarcha), los estampados en bolsas de tela (elegían una palabra de unas plantillas: amor, amistad, servicio, etc.) y el tatuaje falso (que se hacía con lápiz oscuro sobre papel de seda y que luego al humedecerlo pasaba a la piel).

Después de haber descrito el módulo, paso a lo anecdótico:

Como mencioné, yo era una de los tantos ISTs que dirigíamos los Ejercicios de Valores. Me sorprendió tremendamente el Espíritu Scout de los chicos, que (no importara el clima) se sentaban en círculo al aire libre para hacer la actividad. Había apenas unos cuantos toldos, insuficientes (como los botes salvavidas del Titanic), así que la mayoría de chicos trabajaba a descubierto: muchas veces estaban ahí, bajo la lluvia persistente, o bajo el sol aplastante.

Cuando estábamos entrenándonos para dirigir el módulo, nosotros mismos pasamos por las actividades. Y los famosos Ejercicios de Valores, que podían parecer aburridos para los chicos, fueron precisamente los que contribuyeron a dar el primer paso para que los miembros de nuestra recién constituida patrulla Fika nos abriéramos un poco. Cada uno habló de tres cosas muy personales (ya lo dije, había que elegir tres tarjetas) y esto nos mostró un poco quiénes éramos, cómo éramos, qué queríamos, etc. Cuando terminamos, me preguntaba a mí misma: ¿funcionará igual para los Scouts?

Cuando llegaron los chicos, hubo de todo! Había aquéllos que pasaban la actividad en menos de 10 minutos… (lo único que les interesaba era terminar el módulo People para ganarse el cubito respectivo para su brazalete Jamboree). También había unos bastante indiferentes, que en vez de reflexionar o compartir con sus amigos, se dedicaban a hacer la siesta….

Pero un día me pasó algo digno de contar:

Llegaron unos chicos de Portugal. Pasaron los 20 minutos, y seguían ahí, bajo la lluvia…. 30….40 minutos…. a medida que terminaba cada uno, veía que se enjugaban las lágrimas…. por ahí alguno que le daba un abrazo a otro. Estos muchachos se quedaron más de una hora compartiendo sus vidas ahí! Lloraban, moqueaban…. sabe Dios qué cosas se habrían contado! Me daba ganas de ir y darles un abrazo …. (pero no podía, pues: después me iban a estar diciendo “Safe from Harm!” – otra anécdota para contar posteriormente). Cuando terminaron  se abrazaron en círculo. Puedo decir con certeza que estos chicos sí le sacaron provecho a la actividad.

Curiosamente el mismo día tuve unos muchachos de no sé qué país africano (creo que habían hecho una patrulla mixta, con distintas nacionalidades) y aparentemente no se llevaban bien unos con otros! Bueno. A ellos el ejercicio no les sirvió de nada, pues nadie quiso compartir con los demás sus sentimientos.

Poco después llegaron unos cuatro chicos mexicanos (creo). Ya había parado de llover y el rey sol estaba haciendo de las suyas, así que los mandé ir a sentarse bajo uno de los toldos que justo se había desocupado. Unos minutos después, llegaron 3 chicos más de la patrulla, uno de ellos: con la pierna mala (ya no me acuerdo si estaba enyesado, vendado o qué). Este chico se había hecho una esguince el primer día, y se había pasado el Jamboree caminando con muleta. Dado que nuestro terreno era bastante accidentado, y había chicos sentados por todas partes – lo cual dificultaba aun más el camino para llegar al toldo – pedí a los primeros que habían llegado, acercarse a donde estaban el accidentado y los demás compañeros. Entonces una de las chicas del toldo contestó: “¡Vengan ustedes aquí!”…. y el diálogo siguió así (entre la Guía de Patrulla y la chica del toldo):

– Pero mejor vengan ustedes, porque el “Zuncho” (el muchacho accidentado) no puede ir hasta allá.
– ¡Nosotros no nos movemos de aquí! Vengan ustedes! Además él NO ES UN MINUSVÁLIDO!

Aquí casi hago PLOP!

– Oye! No seas así! Ha tenido un accidente, a cualquiera le puede pasar, a ti también!
– No me fastidies! Vengan aquí, que yo no me muevo para allá.

La Guía de Patrulla se inclinó un poco hacia adelante, y le dijo a Zuncho: “Ven. Yo te llevo”. Y así, lo cargó en la espalda hasta el toldo. Ojo que el famoso Zuncho no era un flaquito.

Cuando estuvieron todos juntos, la Guía le dijo a la chica conflictiva que no podía ser así, que eran una patrulla, que no era culpa de Zuncho haberse accidentado, etc….. y entonces la conflictiva dio un grito (palabrota de por medio) y dijo que ya estaba harta de todos ellos y que se iba a buscar otra patrulla. Se paró y se fue. Entonces volvió la tranquilidad a México y pudieron hacer sus Ejercicios de Valores.

Me quito el sombrero ante esa Guía de Patrulla.

Bueno. Otra cosa que quería contarles es que nuevamente pude usar esa herramienta tan importante que son los idiomas. Para quienes no me conocen, aparte del español hablo el inglés y francés bastante bien; el alemán ahí va; y comprendo o me puedo expresar un poquito en portuñol brasileiro y en italiano. Así que para facilitarles las cosas a las patrullas que iban llegando, me hice un cartelito con varias banderitas (refiriéndome a los idiomas mencionados) y la palabra “HELP?” . Así que varias veces iba caminando por ahí ayudando a la gente a ubicarse, especialmente a los latinos que andan con la flojeritis de aprender inglés.

Un día me di con la sorpresa de un chiquillo bastante malcriado (y que seguro se creía el chistosito) un manganzón inglés que a propósito se paró en frente de mí con un enorme cartel: “I HATE PEOPLE WITH SIGNS” (es decir: ODIO A LA GENTE CON CARTELES)…..Ah, ganas no me faltaban de traer un cartel más grande que dijera algo como LOSER, o POBRE TONTO…. pero bueno! No me dejé amilanar y me quedé de pie frente a él, a ver quién se cansaba primero.

Pero la prueba de fuego de mi don de lenguas llegó un día en que se me acercaron unos chicos japoneses… que NO HABLABAN NI JOTA DE INGLÉS, ni francés, ni alemán, ni castellano, ni ninguna otra cosa que no fuera japonés!!!! Era terrible. Traté de explicarles las cosas con señas… nada! Imposible! Y no teníamos japonés alguno en el equipo…. Los chicos me miraban desconcertados…. hasta que entonces llegó mi salvación: Andy, compañero de la Fika Patrol. Él era el coreano, el más calladito de todos…. y entonces comenzó a hablarles a los muchachos, y poco a poco les volvió la sonrisa al rostro! Al cabo de unos minutos, los vi sentados haciendo los Ejercicios.

– Andy! Tú hablas japonés!!!
– No. Yo hablo coreano.
– Y entonces, ¿cómo has hecho????
– Bueno, conozco algunas palabritas en japonés, y mezclándolas con coreano, nos hemos entendido.

Moraleja: aunque los idiomas oficiales de los Jamborees sean el inglés o el francés, si pretendo ir al próxmo Jamboree Mundial (que será en Japón), tendré que aprender alguito de japonés.