La Promesa

Cumples lo que prometes, o eres un “político” más?

promesa ley
La Promesa La Ley

No recuerdo exactamente la ceremonia de mi Promesa Scout. Pero lo que sí me ha ocurrido siempre, hasta el día de hoy, es que se me hace un nudo en la garganta cada vez que al entonar la Canción de la Despedida, llegamos a la estrofa del “hmmmm….” y sale alguien a recitar el texto de la Promesa. No es cuestión emocional (no suelo ser tan expresiva en esos menesteres) sino que estoy muy ligada a mi Promesa. Tanto, que si en algún momento me aparto de ella, me siento – verdaderamente – mal.

La Promesa Scout es justamente eso: una PROMESA. Un compromiso serio para cumplir, y no para dejar en el cajón del olvido. La Promesa es algo que se debe llevar siempre, todos los días, antes de tomar cada decisión. Quizá no la hemos hecho en serio y ha sido una “promesa light”. ¿Por qué no revisar paso a paso el texto? Así podremos comprender qué es aquello a lo cual nos hemos comprometido….

promesa.jpg

Por mi honor…

De acuerdo a una tradición familiar que contaba mi mamá, había un tiempo en que los hombres chinos llevaban “coleta” (trenza que nacía de la coronilla); y el hombre que perdía la coleta, era un hombre sin honor. Y para el chino no hay nada peor que perder el honor…. eso explica por qué es tan importante en esta cultura el dejar limpio el apellido, el honrar a los ancestros.

¿Tiene importancia el honor hoy en día? O, como dicen los jóvenes, “ya fue”??? Cuando vemos la corrupción a todo nivel, gente que se vende por cualquier cosa, o la trampa, la irresponsabilidad…. parecería que el honor fuera algo pasado de moda.
Cuando el honor no nos importa, nos estamos sub-valorando. Cada uno de nosotros es diferente, es especial. Cada uno de nosotros vale mucho. El honor tiene que ver con el respeto a sí mismo. Por tanto, si el tema del honor nos importa un bledo, entonces quiere decir que no nos importamos a nosotros mismos! Somos cualquier cosa, y da igual si existimos, que si no lo hiciéramos.
La sociedad democrática en la que a todos nos gusta vivir, exige el respeto a los demás. Y en realidad para poder respetar a los demás, es básico, ante todo, respetarse a sí mismo.
Tengamos un poco más de dignidad. Mejor dicho: mucho honor, mucho respeto hacia nuestra propia persona. El “Por mi honor” significa: “Por respeto a mí mismo”… o “Porque soy yo”…. o “Porque yo me importo.”

… prometo hacer cuanto de mí dependa…


Prometo = comprometerse. Asumir un compromiso serio, poner toda la voluntad del mundo para cumplir algo.

Hacer cuanto de mí dependa. Ciertamente a veces queremos hacer muchas cosas, pero hay tantos factores que nos lo impiden. Por eso la Promesa es bien clara: cuanto de mí dependa. Todo lo que esté en mis manos, tengo que hacerlo… como un médico de vocación, que hace hasta lo imposible por salvar una vida. Hacer cuanto de mí dependa, significa no echarse para atrás, no rendirse. El Movimiento Scout es para gente con espíritu luchador, guerrero (en el buen sentido de la palabra!). Los Scouts no podemos ser perdedores, no podemos bajar los brazos. Siempre hay que intentarlo. Y si no somos luchadores, ¡tenemos que dejarnos invadir por el Espíritu Scout! ¡No rendirnos nunca! Abundan los ejemplos de scouts que en lugar de rendirse lucharon por alcanzar sus metas: exploradores, astronautas, deportistas, científicos, actores, profesionales diversos…

Por tanto: Prometo hacer cuanto de mí dependa, es una frase crucial. No es lo mismo que cuando nos invitan a alguna reunión social, y como no tenemos muchas ganas de ir, contestamos “haré todo lo posible por estar ahí”. ¡Mentiras! Así no debe ser nuestra Promesa. Hay que dar hasta lo último de sí mismo por cumplir aquello que continúa en el texto, que es…

… por cumplir mis deberes para con Dios….


Mis deberes para con Dios. Ante todo no me gusta mucho el término “deberes”… suena un poco a “obligaciones”, o a hacer algo que no necesariamente me guste. Pero bueno. Dejando el tema lingüístico, como Scouts no podemos olvidarnos de Dios. Miren cuán presente lo tenía BP, que lo puso en el primer lugar de nuestra Promesa.
Quizá este aspecto pase indiferente para muchos scouts y dirigentes… pero no porque sean malagentes, sino por una palabra que puede no gustar, pero que viene al caso: es por ignorancia. Ignorancia de saber quién es su Dios y qué implicancia tiene para su vida. Ignorancia de conocer bien su fe, su comunidad, sus responsabilidades como creyente. Es una ignorancia de la cual no nos da la gana de salir! Porque (como ignorantes que somos) Dios no importa.
El scout que es bautizado como cristiano, tiene que vivir como tal. Lo mismo el judío, el musulmán, el hindú, etc. etc. etc. El escultismo es un movimiento abierto a todas las razas y credos, sí. Pero al mismo tiempo la Promesa hace una clarísima referencia a los deberes para con Dios, para con ese Dios en quien crea el Scout.
Y si no nos gusta la palabra “deberes”, pensemos mejor en el término “relaciones”. Porque de eso se trata la fe: de estar relacionados, vinculados, unidos a Dios. En el credo que sea, la religión se trata de estar unidos en primer lugar con Dios, y luego con la comunidad.

Deberes para con Dios = nuestra relación con Dios y con su comunidad… ¿Sabemos de qué estamos hablando? Probablemente no. En el caso de los scouts que son bautizados en la Iglesia Católica (como yo), los deberes para con Dios no consisten solamente en ir a misa los domingos. No. Esto va mucho más allá. Relacionarme con Dios no es una cosa limitada a los domingos, sino es algo del día a día, cuyo momento central es el domingo, sí. Pero también día a día tengo algo que hacer referente a Dios y a mis hermanos. En mi caso, como católica y cristiana que soy, ¿hablo con Dios cada día? ¿escucho su Palabra, profundizo en ella? ¿tengo en cuenta a Cristo antes de tomar mis decisiones? ¿y estoy viviendo la Ley del Amor que Él estableció, sea en mi casa, en mi oficina, en mi centro de estudios, con mis conocidos, y con los desconocidos? ¿Cuáles son los actos de amor concretos que hago cada día? ¿He asumido algún compromiso concreto en que yo me dé a mi prójimo?
¿Cómo saber más acerca de mis “deberes” (relación) para con Dios y mis hermanos, si ni siquiera me he acercado a preguntar al respecto a otras personas que sí están más vinculadas? Estas preguntas deben mover nuestros corazones, cabeza y pies hacia el templo más cercano de nuestra fe. Es tiempo de salir de nuestra modorra espiritual. Ya no nos enorgullezcamos de ser IGNORANTES respecto a nuestra fe !!!!!!!!! Por el contrario, seamos buenos creyentes, para ser buenos Scouts. Porque: no puede haber Scout sin Dios.

…y mi patria…

Al igual que con Dios, tenemos que estar relacionados con nuestra Patria. Y también al respecto somos bien ignorantes.

Durante mi infancia el 28 de julio significaba para mí la programación de TV más aburrida del año: El famoso desfile militar. Pasaban miles de soldados, marinos, FAPs, tanques, aviones, etc. Ciertamente las fuerzas armadas son parte del país. Pero no es la única manera de “amar a la patria”. Tampoco el desfile escolar tratando de imitar la marcialidad es algo que tenga que ver mucho con el amor a la patria. Con la disciplina, sí, pero no necesariamente con el amor.
Creo que todos los próceres y libertadores que tuvimos, lucharon para que fuésemos una nación libre, donde los niños pudieran corretear y gritar felices, sin tener que marchar o chocar los talones con la rigidez del caso; quisieron una tierra donde pudiéramos celebrar con alegría nuestras tradiciones, nuestros bailes, nuestros ritos. Todos ellos quisieron un lugar donde pudiéramos vivir en paz y libertad.
De esto se trata los deberes para con la Patria. No se trata sólo de cantar el Himno Nacional bien parados (que sí se debe hacer por respeto), o de llevar una escarapela en julio, o de saber izar la bandera. No. Hay que pensar cuáles son nuestros deberes para con la Patria. Y es muy simple: ser un buen ciudadano. Y serlo ya desde pequeños! ¿No les suena familiar esto con el tema del escultismo? BP quiso hacer muchachos útiles a la sociedad. Antes de crear formalmente el movimiento, sus chicos trabajaban como espías, como mensajeros en el tiempo de guerra, bajo el mando de BP. Y más adelante durante las diversas guerras que han sufrido los países, hubo scouts que se desempeñaron también como enfermeros.
Amar a la Patria no es algo sólo para el tiempo de guerra, sino también para los tiempos de paz. Amar a la Patria implica el sacar a nuestra sociedad adelante, para lo cual hay que respetar a los demás, hay que ser útiles, hay que saber dialogar, hay que saber ceder también. Todo esto se aprende desde chicos, y más aun: no se debe olvidar cuando llegamos a grandes. Amar a la patria significa engrandecerla, no hacerla caer bajo con nuestras actitudes negativas, pesimistas, corruptas, indignas. Amar a la patria implica preparar BIEN a las siguientes generaciones. Amar a la patria es también cuidar la tierra en la que vivimos, no destruirla, preocuparse por los temas ambientales. Amar a la patria es, por supuesto, conocerla. Ver más allá de nuestras narices, viajar por el interior, relacionarnos con nuestra gente y sus diversas costumbres, para luego poder ponernos en su pellejo y poder comprenderlas… para poder debatir con ellas alturadamente y sacar el país adelante, juntos, sin pisarnos unos a otros.

Como vemos, no basta con ponernos el polo “Te amo Perú”, o con desearnos un Feliz 28. O con viajar a Machu Picchu. Los chicos tienen mucho por hacer. Los adultos también.

… Ayudar al prójimo en toda circunstancia…

Aunque ya viene de manera implícita en la parte de “los deberes para con Dios”, la Promesa quiere enfatizar en el tema del servicio al prójimo.
¿Por qué tanta gente “no scout” nos ve como los tontitos en uniforme que sólo gritan y hacen nudos? Precisamente por esto: ¡porque es muy poco lo que hacemos por los demás! No se trata de ser “figuretis”, de poner cámaras cuando estamos en plena Buena Acción. No. Se trata de hacer muchas Buenas Acciones, que por su propio peso nos harán ser reconocidos en la sociedad, sin necesidad de mayor publicidad que las mismas buenas acciones.
Ya lo dice nuestro lema: estar SIEMPRE LISTOS para actuar sirviendo al prójimo. No estar esperando como bobos a que alguien nos diga qué hacer. Nos falta la iniciativa, las ganas de tomar las riendas de nuestra propia vida y lanzarnos al ruedo, a ayudar en todo lo que sea posible. Nos vence la indiferencia ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Nuestros pequeños (o grandes) problemas personales nos nublan la visión y no nos dejan ver más allá, ni siquiera mucho más allá, sino a la persona que está a nuestro lado y que necesita una mano de nosotros.
Hablando de servicio, me da pena ver a tanto Rover ocioso. No sé para qué tienen esa insignia que dice “Servir”. Parece un adorno más en la camisa. Sé de clanes que se reúnen sólo para salir de juerga, para ir de campamento y emborracharse hasta el tuétano…. inclusive hubo un coordinador de clan que estaba preocupado porque sus chicos querían probar droga, como una actividad de clan! Tremenda estupidez! Para eso se es Rover??? Mejor no serlo, no lo creen?
Para ayudar nunca se es demasiado pequeño, o demasiado pobre. Un buen ejemplo es Ryan Hreljacs, un chico canadiense de 16 años, que a los 6, después de escuchar una charla en la escuela, decidió ayudar a construir pozos de agua potable para pueblos en el Africa. ¿Cómo lo hizo? Limpiando jardines de sus vecinos, barriendo patios, etc. Así juntó $70, que servirían tan sólo para comprar una cañería. Sin embargo esto no lo desanimó, sino que asumió el reto y contagió su entusiasmo a muchos otros amigos suyos. Hoy en día la fundación creada por Ryan (apoyado por sus padres) ha construido 319 pozos en Uganda, Lesotho, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, India, Tanzania, Guatemala, entre otros. ¿Se imaginan? Un chiquillo de Canadá, que podría seguir su vida tranquilamente, sin preocuparse de nada más que de sus estudios y su diversión…. Pero no! Ryan sabía que estaba en sus manos hacer algo. Y cuánto ha hecho, sin importar su corta edad.”
Los Scouts y dirigentes deberíamos aprender de Akela, que nos enseña que el Lobato tiene abiertos los ojos y los oídos. Abramos todo nuestro ser al mundo que nos rodea, a aquéllos que están cerca y también a los que están lejos de nosotros. Todos podemos ayudar a alguien, sea con nuestro trabajo, con nuestras capacidades, nuestro tiempo, o nuestros recursos. No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras que otras personas están pidiendo auxilio.

… y cumplir fielmente la Ley Scout.

Cumplirla con fidelidad y a cabalidad, sin dejar de lado ni un solo artículo de la misma. La Ley Scout debe estar tan interiorizada en nosotros que aunque hayamos olvidado el orden de los 10 artículos, debemos tener muy presente en nuestro corazón cada uno de los mismos, de manera que orienten nuestras acciones.

“A los que son padres quiero decirles esto:
Tratamos de formar a los niños y niñas
para que sean alegres, saludables y ciudadanos serviciales.
Verán que enviando a sus hijos al movimiento Scout y Guía
estamos ayudamos a la educación escolar,
donde se les brinda conocimientos
para que triunfen en sus exámenes,
mientras que nosotros les formamos el carácter
para que triunfen en la vida”.