La Ley

B-P tuvo que pensar mucho para formular los artículos de la Ley como los conocemos hoy. ¿Cómo los estamos cumpliendo? ¿Se sentiría él orgulloso de nosotros, los Scouts del siglo XXI?

promesa ley
La Promesa La Ley

Revisemos cada uno de los artículos de nuestra Ley Scout:

1. El Scout cifra su honor en ser digno de confianza.

Si un scout dice: ‘Por mi honor, esto es así’ significa que así es,
tal como si hubiera hecho la mas solemne promesa.
De igual manera, si un jefe dice a un Scout:
‘Yo confío en que por tu honor harás esto’,
el scout está obligado a obedecer aquellas órdenes lo mejor que pueda
y a no permitir que ningún obstaculo se le interponga.

Si un Scout faltara a su honor diciendo una mentira
o no cumpliendo una orden con exactitud,
cuando se hubiera fiado en su honor que si lo haría,
se le puede pedir que devuelva su insignia y que jamás la vuelva a usar.
Se le puede pedir también que deje de ser scout”.

Si tomáramos al pie de la letra estas palabras del fundador, seguramente rodarían varias cabezas, de Scouts y de dirigentes.
Tanto en la Promesa como en el primer artículo de la Ley, aparece la palabra honor. El honor está directamente relacionado con el ser digno de confianza.
Confiar en alguien, es más que creer en esa persona: es prácticamente abandonarse a esta persona, es no dudar de ella. La confianza es algo que no aparece de la nada, sino que se va ganando poco a poco. Y para ganarse la confianza de los demás, nada mejor que ser auténticos y responsables.

El ser auténticos implica principalmente decir siempre la verdad y ser coherentes entre lo que uno piensa, dice y hace.
En cuanto a la responsabilidad: es una virtud que se nos enseña desde pequeños: Haz tu tarea, ordena tus juguetes, llama cuando llegues… pero que de alguna manera suele perderse con el paso del tiempo, aunque debería ser al revés. Basta con ver tantos irresponsables causantes de accidentes de tránsito, hijos sin padres, despilfarro de dinero, muertes en hospitales por ineptitud médica, daños ambientales… y podríamos seguir.

Ser dignos de confianza. Ser responsables… La responsabilidad es la capacidad de rendir cuenta de sus propios actos, reconociendo y aceptando las consecuencias de los mismos. Es conocida la leyenda sobre el pequeño George Washington, que tras haber dañado con un hacha el cerezo preferido de su padre, reconoció su culpa. Cierta o no, la leyenda nos da una demostración de responsabilidad, que a la larga, va de la mano con la valentía: la valentía de asumir lo que uno ha hecho.

Extendiendo un poco más el concepto de responsabilidad, éste también tiene que ver con “ponerse la camiseta”, con tener más espíritu de iniciativa, con asumir tareas que en principio no nos corresponderían, con tal de sacar adelante el grupo en el que nos desenvolvemos. Ser responsable implica también dar lo mejor de sí mismo. Algunos ejemplos de responsabilidad: quedarse un rato más después de la hora prevista, con tal de ayudar al equipo a hacer bien el trabajo; o revisar (sin que nadie nos haya dado esta tarea) el estado de los caños de la casa por si alguno gotease.

Responsabilidad y confianza… Yo no pondría a mis hijos en manos de alguien en quien no confiase, en un irresponsable. La confianza se va ganando desde el primer momento, con la presencia, las actitudes, con la vida cotidiana. Y basta con fallar una vez para tener que comenzar otra vez desde cero, porque la confianza es algo muy frágil. ¡Imagínense nombrar otra vez como Tesorero de Grupo a una persona que “perdió” la plata de unas rifas! Por eso cada uno de nuestros actos debe ser muy cuidadoso (responsables), de manera que la gente pueda confiar en nosotros, ojalá, ciegamente.
Los dirigentes de niños y jóvenes tenemos gran responsabilidad. No podemos permitir que los chicos pasen por nuestras manos un par de años y salgan del grupo iguales a como entraron… o peores! Los padres de familia han puesto en nosotros su confianza (a veces, inclusive creen que los scouts somos una especie de reformatorio). Como fuere, no podemos defraudar esta confianza. Por eso es importante no perder de vista el objetivo que tenemos en el Movimiento Scout, que es el de ser “un movimiento educativo no formal”, y no un grupo para entretener y nada más. B.P. nos encarga a los líderes la tarea de hacer mejores ciudadanos. ¿Cómo estamos respondiendo a esto?

¿Podemos contestar con nuestro honor, que estamos cumpliendo con nuestra tarea de Scouts, de dirigentes? ¿O nos exigiría BP devolverle la insignia?

2. El Scout es leal.

La lealtad tiene que ver con la adherencia (fidelidad) a alguien o algo. Antiguamente los jugadores de fútbol no se cambiaban de club como suele suceder hoy. Ciertamente son profesionales y van donde mejor les paguen, pero qué pena que se haya perdido ese sentido de fidelidad a una camiseta.

¿Los scouts somos leales? ¿A qué, o a quién? ¿Somos leales a nuestros círculos más cercanos, como nuestra familia? ¿Somos leales a las instituciones en las cuales estamos involucrados? ¿Y hasta qué nivel llega nuestra lealtad? Si la lealtad, la fidelidad, implican sacrificio ¿hasta qué punto nos sacrificamos, qué somos capaces de hacer por aquella persona o institución con la cual nos hemos comprometido? ¿Cambiaríamos – como los jugadores de fútbol – a esa persona o institución a la cual estamos hoy vinculados?

3. El Scout es útil.

Y esto es algo que nos recalca nuestro Lema: “Siempre Listos” para servir en cualquier circunstancia. El Scout no puede estar con los brazos cruzados. En otros países donde el uniforme es con manga larga, los Scouts se las remangan como símbolo de estar listos para el trabajo.

Cuán fuerte me inculcaron el sentido de voluntariado en las guías y en los scouts. Siempre que pedían un voluntario éramos varias (si no todas) las manos que se levantaban con un fuerte “Siempre Lista!”. En cambio, qué decepcionantes unas reuniones de tropa a las que asistí hace poco… en donde si alguien levantaba la mano, se trataba de un milagro. O a la frase: “Un voluntario!”, la respuesta general es: “Para qué?”. ¡Qué vergüenza! ¿Dónde quedó lo de “El Scout es útil”? ¿No deberíamos decir mejor: “Los Scouts son unos inútiles”????

Algunos se excusan diciendo que es una cuestión generacional. A lo mejor tienen razón…. Pero lo que también es cierto, es que el Scout sigue el ejemplo de sus jefes. Y si los jefes son un hato de vagos, poco dispuestos a ponerse de pie en un instante, es lógico que los scouts también sean así.

Este espíritu de servicio, de ser útiles, no se logra de la noche a la mañana. Es sumamente fuerte en los pequeños (vean los afanes de los chiquitines de 3, 4 años, cuando quieren agarrar una escoba para hacer como los grandes, o cuando quieren ayudar a la mamá sirviendo los platos). ¿En qué momento HACEMOS que este espíritu se pierda? ¿En la Tropa? ¿O ya en la Manada? Había esa frase: “Más scouts, mejores ciudadanos”. Pero no se trata de una cuestión meramente numérica, cuantitativa, sino CUALITATIVA, pues debemos apuntar a la CALIDAD de Scouts que estamos produciendo!!! Al comienzo serán voluntariosos porque quieren ganar puntos para la patrulla. Está bien, pues es la manera en que poco a poco se van acostumbrando a estar “siempre listos”, hasta que en algún momento lo hagan GRATUITAMENTE, de manera NATURAL.

El Scout es útil. Casi da risa, y pena a la vez. En el Jamboree Mundial del Centenario hubo muchísimas exposiciones del escultismo en los diversos países del mundo. Proyectos de desarrollo, de forestación, scouts muertos en las guerras en pleno servicio…. Ciertamente en nuestro país hubo hace poco una emergencia, a raíz del sismo, y varios Scouts se hicieron presentes (aunque cundía una desorganización por parte de las autoridades gubernamentales y de defensa civil, por lo que nuestra gente estaba “en lista de espera” para ir a ayudar). Bueno. Ahí fueron los Scouts. ¿Y después? ¿Es que acaso sólo vamos a lo extraordinario? ¿un sismo? ¿una chocolatada navideña? ¿un 30 de agosto a dirigir el tránsito? ¿Qué pasa con los otros 364 días del año?

La Ley Scout es para vivirla en cada minuto. Que esto no se nos olvide. Estemos Siempre Listos, dispuestos a ayudar en lo que sea.

4. El Scout es amigo de todos y hermano de cualquier Scout, sin distinción de raza, nacionalidad, credo o condición social.

Bueno. En una época de globalización como la que vivimos, sería ilógico seguir manteniendo rivalidades contra otras naciones. Felizmente en los Jamborees que he vivido, la gran mayoría de chicos se comporta de manera positiva respecto a ser amigos de scouts de otras nacionalidades.

Muy hermoso fue visitar el stand de Israel en el Jamboree Mundial, donde funcionaban la mesa de los Scouts judíos, la de los palestinos y la de los cristianos: todas bajo un mismo techo. Ellos nos comentaban que muchas veces realizan actividades en conjunto… ¿no podría ser así siempre en el mundo “real”?

Sí. Puedo decir que hay una buena convivencia entre los Scouts, en un evento grandioso como un Jamboree Mundial, en el que todos están motivados. No sé si será igual cuando se trata de un jamboree nacional aquí en el Perú, o un CANAPAS, donde deben convivir chicos de este barrio “bonito” de Lima, con los de aquél otro de los conos, con los de más allá, de la provincia. En verdad debería haber una auténtica fraternidad, una HERMANDAD real.Hay una estatua en el Japón en honor del scout desconocido. Creo que es un excelente ejemplo de hermandad Scout. Durante la Segunda Guerra Mundial un soldado americano – que había sido scout – quedó abandonado y gravemente herido. De pronto apareció un soldado japonés dispuesto a clavarle la bayoneta. El americano, ya prácticamente inconsciente, hizo la seña scout, quizá involuntariamente. Un tiempo después, se despertó en un hospital de campaña, con una nota escrita por el japonés: “Cuando estaba a punto de matarte, hiciste la seña Scout. Yo también soy Scout y los Scouts somos hermanos. He curado tus heridas. Buena suerte”.BP fue un soldado, un hombre que por su profesión tuvo que luchar contra otros hombres. Y precisamente por eso, quiso ser un hombre de paz, enseñando a las futuras generaciones a convivir en paz, respetándose unos a otros. Conservemos este espíritu de hermandad cada día, y QUE SE NOS NOTE! Que se nos reconozca a los scouts por este gesto: de ser auténticos hermanos de otros scouts, sin distinción alguna.
5. El Scout es cortés y caballeroso.
Comencemos por lo más elemental: el vocabulario. ¿Qué tan rico es nuestro vocabulario? ¿O se limita a las groserías? Cuando tenemos ganas de “agredir” verbalmente a alguien, o quejarnos de esa persona, ¿qué palabras pronunciamos? Me viene a la memoria esa película sobre Cyrano de Bergerac: una escena de esgrima en la que Cyrano – Gérard Depardieu – derrota inteligentemente con sus palabras y con el florete a un contrincante que quiso ofenderlo con un insulto vulgar, mientras que Cyrano encontró muchos sinónimos del mismo insulto, pero que sonaban tanto más elegantes.

“Lo cortés no quita lo valiente”, se dice. Hay esa idea de que uno es más macho, más hombre, cuantas más lisuras pronuncia, cuanto más “bruto” es. ¡Qué error! ¿Acaso el ser más hombre depende de esto? ¿No hay otros aspectos más cruciales, que son los que determinan el que uno sea más o menos valiente?

La cortesía es una virtud, es un valor. Y como tal, no debería pasar de moda. Lo que pasa es que por querer ser más “modernos”, tratamos de sepultar las cosas buenas de antaño. Hasta algunas mujeres que se han vuelto más “independientes”, se sienten algo ofendidas si un hombre actúa caballerosamente con ellas. (Pero no se preocupen muchachos: a la mayoría de las mujeres sí nos gusta la caballerosidad… sobre todo ahora que se ha vuelto tan escasa!).

La cortesía en cada momento. ¿No nos cantaleteaban eso de ceder el asiento a los viejitos en el bus? ¿Cuántos se hacen los dormidos si tienen al lado (en el bus, en el banco, etc.) a una persona mayor, o una mujer embarazada, o una mamá cargando a su bebé? Hacerse los locos, es una actitud nada “scout”. Vamos, intentemos ser un poco más corteses y tengamos esa sensación increíble de haber hecho algo bueno por otra persona.

La cortesía es muchas veces: ceder. Ceder un asiento, ceder el paso, ceder nuestro lugar en la cola de la caja del supermercado cuando llevamos mil cosas en la canastilla, mientras que otra persona lleva sólo tres; ceder (ojo!) el estacionamiento marcado como “reservado para discapacitados” a los que realmente lo son! Ceder también en una discusión, bajar la voz, tratar de calmar las cosas, con tranquilidad, sin llegar a los altos decibeles, a los insultos (o mucho peor: a los golpes).

Tratemos de ser corteses. Y veremos cómo al ceder, en lugar de perder, estaremos ganando mucho más.

6. El Scout protege a los animales y plantas, y ve en la naturaleza la obra de Dios.
No sé para cuántos scouts sea viable la segunda parte de este artículo – “ve en la naturaleza la obra de Dios”. No quisiera entrar en discusiones religiosas – filosóficas – animistas – etc. sobre este punto. Sólo puedo decir que cuando uno comprende este hecho, de que es obra de Dios, es un poco más fácil tratar de cumplir la primera parte.

Claro que también un ateo puede proteger los animales y las plantas. De hecho debe haber varios…. Sin embargo, ya mencioné al hablar sobre nuestra Promesa , que B-P concibió al Escultismo como un movimiento en el que la fe tiene papel protagónico… ahí lo tenemos como la primera parte de la Promesa. Asumamos entonces que los scouts son creyentes, sean cristianos, judíos, musulmanes…

Respecto a proteger los animales y plantas. ¿Qué significa protegerlos? O en todo caso, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a protegerlos? Sabemos más de armar carpas, hacer nudos, dejar señales de pista…. que acerca de cómo proteger animales y plantas, cómo respetarlos. Somos ignorantes en cuanto a la diversidad de flora y fauna que nos rodea, en cuanto al medio ambiente que necesitan.

Claro, podrán decir ¿y qué animales hay para proteger cuando vamos de campamento? Jamás encontraremos un venadito herido para hacerle un entablillado. Pero muchas veces (y acúsome yo misma) matamos a cuanto bicho haya cerca de nuestra carpa, puesto que podría picarnos. Y no consideramos que hay muchos bichos “benéficos” que jamás pensarían en clavarnos su aguijón, y que mas bien son los responsables de mantener el equilibrio ecológico, favoreciendo la polinización, o encargándose de otros bichos “perjudiciales”, por ejemplo. Nuestro desconocimiento de la naturaleza es vergonzoso.

Lo mismo podríamos decir acerca de las plantas. Todos paporreteamos el ciclo de vida de las plantas “nacen – crecen – se reproducen – mueren”, o las partes “raíz – tallo – hojas – flores – frutos”, pero fuera de eso no sabemos más !!! Desconocemos algunas plantas que bien podrían servirnos al aire libre , usándolas como jabón, o como compresas en caso de un golpe, o para hacer alguna infusión si no hubiera medicina en el botiquín.

Evidentemente este artículo no sólo se refiere a los animales y plantas, sino a todo el medio ambiente. Es común encontrar al borde del río donde la patrulla lavó los trastos, restos de tallarines, trocitos de verduras, cáscaras, etc. Claro, es basura orgánica, pero también existe lo que se llama “bolsa para la basura”. Lo que pasa es que “cansa” ir por la bolsa y vaciar los restos antes de enjuagar los platos, no? Por otro lado está el tema de los jabones y detergentes. Aquí en el Perú seguimos en la época de la carreta, donde todavía no nos fijamos si llevan la etiqueta de “biodegradable”. Por supuesto podrán decir: “¿pero qué le va a hacer al río un poquito de jabón?”. No pues! No es una actitud Scout. Cada uno debe asumir el compromiso serio de cuidar el mundo, desde sus pequeñas experiencias. Porque sino, el daño provocado por la suma de “pequeñas e insignificantes” acciones se convierte en algo mucho mayor, y a veces irreversible. Ahí tenemos el agujero de la capa de ozono, o peor aun: el calentamiento global.

El cuidar la naturaleza no se debe limitar a las pocas veces que salimos de campamento. Debería ser algo de todos los días, desde que nos levantamos hasta el anochecer, en nuestros propios hogares. Cuidar a nuestras mascotas, a nuestras plantas (principales fabricantes de oxígeno y consumidoras del CO2, el mayor causante del calentamiento)…. cuidar el agua también, no desperdiciarla (revisar las goteras en casa, evitar los famosos carnavales, no derrochar durante el aseo personal o de los platos….), separar la basura, reciclar; si es posible, hacer compost para utilizarlo en nuestras plantas. Mejor: sembrar, sembrar, sembrar…. y no olvidar cuidar lo sembrado! (como ha sucedido tantas veces que los scouts aparecieron en las noticias “reforestando” tal o cual parque, y luego se olvidaron de volver para cuidar las plantas que colocaron).

Algo que nunca voy a olvidar es la visita que hice a un enorme parque en Costa Rica, durante la Conferencia Scout Interamericana de 1992. Ahí nos explicaron que este parque había sido reforestado y cuidado por scouts. Y no era simplemente cosa de regar plantitas, sino que se habían tomado el trabajo de arreglar los caminos, echar piedrecillas sobre ellos para marcarlos bien, averiguar los nombres botánicos de muchas especies para colocarlos en carteles al pie de las mismas, etc. etc. Esto les valió la Insignia de Conservación Mundial.

Aquí en el Perú tenemos mucho campo donde podríamos apoyar. Es cuestión de salir de nuestros pequeños esquemas de reuniones sabatinas o de campamentos para pasar el rato, y pensar en algo más grande. B-P fue un soñador que hizo sus sueños realidad. Scouts así, es lo menos que puede esperar de nosotros.

7. El Scout es obediente y no hace nada a medias.
Bueeeno…. A raíz de este artículo hay algunos malos dirigentes (y también malos guías de patrulla) que se aprovechan de los scouts más novatos. Ciertamente en el Escultismo uno aprende a ser disciplinado, en parte, cumpliendo las órdenes que uno recibe. Pero por supuesto que hay “órdenes” y “órdenes”.

No creo que B-P haya pretendido hacer de los Scouts unos soldaditos sin cerebro que cumplan así nomás lo que se les ordene. (Claro que sí, el criterio para discernir lo bueno de lo malo se va formando con la madurez, y por eso es que desde chicos recibimos orden tras orden, hasta que nos llega el momento de dar las órdenes). Creo que un buen Dirigente sabrá dar buenas instrucciones a sus chicos y chicas, teniendo en cuenta las limitaciones de ellos, y también las propias!

Contaba un dirigente peruano que mi papá le explicó que pensara bien en el tiempo que exigía a los chicos para cumplir determinada tarea, para lo cual debía tener en cuenta el tiempo que al mismo dirigente – con toda su experiencia – le costaría.

Uno debe ser exigente para tratar de buscar mejores resultados, sí. Pero uno no puede exigir mucho más allá de lo que pueden rendir los demás. Hay que ir planteándose pequeñas metas, como lo hacen los deportistas, que poco a poco irán tratando de mejorar sus marcas, conforme a sus avances.

Además uno no puede exigir a los demás, si uno mismo no da el ejemplo. ¡Cuántas veces hemos visto a jefes ociosos, prácticamente haciendo nada, mientras que los chicos se dedicaban a alistar el campo! Quizá le obedezcan al comienzo, pero es casi seguro que se le subleven más adelante, o peor, que se retiren del grupo, cansados de un jefe “patán”.

También hay Guías de Patrulla que se aprovechan de los recién llegados. Les obligan a hacer las peores tareas, a veces so pretexto de que a ellos les tocó hacer lo mismo en su momento (se parece a lo que ocurre en el ejército, cuando los novatos son objeto de burla de los antiguos). Y la respuesta es siempre la misma: “Hazlo porque yo soy tu Guía y el Scout es Obediente”. ¡Qué gracioso!

Para ganarnos el respeto de los chicos y hacernos obedecer, no es necesario gritonearles, o amenazarlos con los puntos. Es más importante comenzar dando el ejemplo, estar a su lado enseñándoles cómo hacer las cosas, y luego supervisando cómo las hacen. Ojo! No se trata de ser paternalistas y terminar haciéndolo todo nosotros, porque ahí nos vamos al otro extremo, y tampoco es la idea que quería B-P de nuestros jóvenes.

Cuando tengamos que dar órdenes, seamos claros, y por supuesto, que sean órdenes con sentido. Si los chicos no entienden por qué hay que hacer las cosas, no vale la respuesta “porque yo lo digo” o “porque soy tu jefe”. No podemos asumir que ellos entiendan al 100% nuestro pensamiento, así que tomémonos el tiempo para explicarles qué es lo que queremos hacer, de manera que ellos también se comprometan con el proyecto o la tarea. De esta manera evitaremos las frases “eso cansa…” y las cosas hechas a medias.

Y bueno. ¿Qué pasa si a uno no le toca dar órdenes, sino recibirlas? Obedecerlas, por supuesto, en tanto tengan sentido. (Dice el 11º artículo que el Scout no es tonto, no?). Y si aparentemente las órdenes no tuvieran sentido, tratar de conversar con el jefe para que explique el objetivo de tales órdenes, y así comprender y cumplirlas mejor.

8. El Scout sonríe y canta en las dificultades.

Éste es uno de mis artículos favoritos, desde pequeña. Los verdaderos scouts somos optimistas. Realistas también, pero optimistas ante cualquier realidad, favorable o desfavorable.

Reconozco que a veces es difícil sonreír y cantar cuando a uno le ha pasado algo duro… por ejemplo creo muy difícil que alguien de nuestra tropa haya sonreído y cantado cuando uno de nuestros chicos casi pierde un ojo cuando estaba tirando piedras al río (ese mismo día el chico fue trasladado de emergencia para ser operado).

Pero mientras que la adversidad no sea tan trágica – por ejemplo una llanta baja del bus que nos está llevando al campamento – creo que podemos ser optimistas. Casi todo tiene solución, y no vale la pena estar amargados, o perder el tiempo echándose culpas unos a otros. Esto de sonreír y cantar quizá no se refiera a hacerlo literalmente, sino a mantener la cabeza serena y así poder tener las ideas en orden para buscar soluciones inmediatas y efectivas.

(Aunque a veces vale la pena tomar las palabras al pie de la letra. Cuando iba a dar a luz a mi primer hijo, traté de mantener la calma cantando todo el tiempo. Me acuerdo que temblaba de frío cuando me aplicaron la epidural, pero aun con los dientes castañeteando no dejé de cantar! Fue mi manera de tratar de olvidar el dolor).

Concluyo mi reflexión sobre este artículo con un antiguo proverbio que alguna vez me dijo mi papá y que marcó mi espíritu para siempre… ojalá que a ustedes también se les quede:

 

“Si tu problema tiene solución, ¿por qué lloras?
y si no lo tiene… ¿para qué lloras?”
9. El Scout es económico, trabajador y cuidadoso del bien ajeno.

Interesante que BP haya pensado en este artículo de la Ley… Lógico. El veía en el Escultismo una oportunidad de formar a los niños y jóvenes que serían los ciudadanos del mañana. De eso se trata, no de tener ocupados a los chicos para divertirlos nomás – como lamentablemente creen varios jefes y padres de familia.

Muchas cosas han cambiado con el correr de los años. Cuando yo era chica, por ejemplo, era impensable que anduviera trabajando en un restaurante (bueno…. en esa época no existían los Bembos ni los Macdonalds aquí en Lima…. pero de haber existido, seguro que a mis padres se les habrían puesto los pelos de punta con la idea). Hoy, en cambio, los jóvenes mismos buscan estos lugares, donde (aunque “explotados”) pueden juntar su platita para sus gastos importantes y también los no importantes.

Sin embargo algo que se mantiene desde siempre (y ojalá siguiera manteniéndose) es el valor del trabajo. Algo que debemos inculcar a nuestros chicos es esto: que si uno quiere obtener algo, debe trabajar para ello, claro que sí, el grado de exigencias debe ir conforme con la edad o capacidades de la persona que va a trabajar. No sólo en los campamentos, sino en la vida cotidiana, es terrible ver a un scout flojo. ¡Da vergüenza! Y peor aun, es ver a un dirigente flojo, que no hace nada por dar el ejemplo a sus chicos.

O también están los que trabajan sólo para figurar: están vagando hasta que viene alguien que los supervise (o cámaras que los filmen)… y recién entonces se ponen de pie para aparentar el duro esfuerzo.

A veces pienso que es una lástima que un joven con todas sus capacidades físicas y psíquicas, se desperdicie haciendo nada… mientras que hay tantas otras personas que ni siquiera pueden caminar, y que hacen un esfuerzo tremendo para confeccionar algo y llevarlo a vender a la calle, para así llevar dinero a su casa.

En el mundo “privilegiado” donde yo crecí, los chicos recibían propina. Supongo que a pesar de las muchas crisis económicas que pasemos, seguirán existiendo las propinas…. así que todavía hoy continúa esta costumbre. Cuando yo era niña no recibí propina, y la verdad no me sentía mal por ello, pues en el fondo no necesitaba nada: casa, comida, estudios, amigos….. lo tenía todo. ¿Para qué me iban a dar más plata mis padres? Claro que más adelante cuando estaba en la secundaria, como un incentivo a obtener buenas notas, yo ganaba (o perdía también!) algo de platita: mi papá me daba $1 por cada punto que subía mis notas respecto al bimestre anterior, y yo le pagaba $0.50 por cada punto que bajaba. (Las cantidades se duplicaban en el caso de algunos cursos que habíamos decidido serían los más importantes). La verdad es que no estudiaba por la plata, pero sin querer queriendo, en IV de media me compré una bicicleta montañera usando mi propio dinero ganado limpiamente con este jueguito. También recuerdo que todo lo que iba ganando cada bimestre lo depositábamos en una cuenta de ahorros en el banco al frente de la casa. Es así como me incentivaron el ahorro… de haberme usado cada centavito en gaseosas y galletas como suelen hacer los chicos, seguro nunca habría tenido una bici.

Hay muchas maneras de trabajar, no solamente yendo a un restaurante de comida rápida. Un niño, por ejemplo, puede lavar el carro de sus padres, o regar el jardín, o lustrar todos los zapatos de la casa, ayudar con la limpieza en casa, etc. (Claro que sí: está mal pagarle al niño para que limpie su propio cuarto! no?? Y también está mal acostumbrar al niño a que haga todas las cosas por dinero!!!! Recuerden que en los Scouts nos enseñan a ayudar sin esperar recompensa.)

También es importante enseñar a ahorrar, a no gastarse toda la plata obtenida en cualquier tontera… a saber diferenciar qué cosas son tonterías y qué cosas no!

Finalmente se nos dice en este artículo: es cuidadoso del bien ajeno. ¿Cómo tenemos las cosas que nos han prestado? ¿Tiradas por ahí? ¿Las devolvemos en igual o mejor estado? ¿Respetamos la propiedad ajena? ¿Habrá Scouts que hayan garabateado con spray – o tiza – alguna pared de otra persona? ¿O cuántos habrán dejado sus iniciales en el cemento fresco que un albañil se empeñó en dejar planito? Claro, el cemento no era del albañil, pero el tiempo y la habilidad que empleó éste para hacer algo bonito, se echó a perder por la payasada de un chico que no supo respetar.

Creo que la regla general es: cuida lo de los demás, así como quisieras que los demás cuidaran lo tuyo.

10. El Scout es puro de pensamiento, palabra y obra.

Y bien: he aquí un artículo de la Ley que muchos saben de memoria, pero al cual pocos le hacen caso. Basta con presenciar una fogata “dizque” Scout, donde muchos de los sketchs presentados son de doble sentido, así como nuevas canciones “scouts”, todas con vulgaridades en su letra. Esto no sólo demuestra suciedad en el interior de quienes disfrutan presentando tales números, sino también su pobreza creativa: no pueden inventar algo que cautive a la audiencia y que a la vez no caiga en lo vulgar.


Ciertamente la jerga que abunda en el lenguaje juvenil, también incluye groserías. ¿Pero por qué tenemos que ser iguales al resto del rebaño? Creo que B-P pensó en hacer de los Scouts algo diferente, jóvenes que se distingan por sus actitudes. Esto incluye la presencia, la disposición de servicio, y también las maneras de expresarse.

Ser puros de pensamiento, palabra…. y también de obra! Esto lo podría resumir en un concepto: ser coherentes. Si somos Scouts, tenemos que pensar, hablar y portarnos como Scouts. No podemos ser contradictorios con nosotros mismos. Ni en las reuniones scouts, ni en los campamentos, ni mucho menos en nuestra vida diaria.

¿Será una utopía? Creo que si Baden-Powell no hubiera soñado con los scouts, no podría estar escribiendo esto. Sé que es difícil cumplirlo…. pero para el Scout – según el mismo B-P : NO HAY NADA IMPOSIBLE !!!