Bueno…. se pasaron varios meses antes de retomar el teclado! Pero aquí estoy de nuevo…. esta vez con un post que quería escribir mucho tiempo atrás, pero la verdad es que los días se fueron volando, con tantas obligaciones que tenía (a raíz del Jamboree Centenario y otras actividades).
En fin. Quería compartir con ustedes acerca de la experiencia que tuve como miembro del Equipo Internacional de Servicio (IST) en el último Jamboree Mundial, en Suecia.
Recordemos que Inglaterra me dejó un sabor muy amargo, no sólo por el hecho de haber trabajado casi como esclava, con unos horarios espantosos, unos jefes malazos (muchos no scouts) y con una carencia de espíritu de equipo….. sino también porque el mismo ritmo de trabajo no me permitió hacer nuevos amigos, fuera de Neil – a quien ya “conocía” por internet, por ser sobrino de un viejo amigo de mi papá (uno de los Scouts voluntarios británicos que vinieron al Perú en la década del 60).
Esta vez tenía muchas expectativas, pues el plan era crear PATRULLAS entre la gente del IST, para poder convivir durante esos días, trabajar mejor…. y sobre todo: ser más amigos.
Nuevamente viajamos con Stefan, sin saber si estaríamos en el mismo equipo… y cuando llegamos nos dimos cuenta de que nos habíamos separado 🙁 Ni modo! A él lo habían mandado a trabajar en el supermercado de un subcampo y a mí me tocaba estar en un módulo de programa (Craft Village del Módulo People).
En la primera reunión de todos los IST teníamos que buscar a los otros integrantes de la patrulla, según un código que nos habían proporcionado. Sólo encontré a Linda, una chica de Hong Kong. Y para no quedarnos sin gente, se nos acoplaron otros chicos que también andaban solos por ahí. Hicimos un par de dinámicas entretenidas – ya les contaré de una de ellas, que me pareció genial. Terminamos con una meditación hablando entre nosotros sobre lo que esperábamos del Jamboree.
Al día siguiente ya teníamos que ir a nuestro respectivo lugar de trabajo. Linda estaba ahí, pero el resto de gente seguía sin aparecer (los del día anterior estaban en otras áreas). Así que terminamos juntándonos a otros que estaban incompletos, pero que sí trabajarían en el mismo sitio, en el Craft Village.
Fue así como hicimos la FIKA PATROL. (Fika es una palabra sueca que significa algo así como el “Coffee Break”, el momento para relajarse un poco y estar con los amigos). Nuestra guía de patrulla era Anna (Suecia), la subguía era Birdy (Holanda) y los demás éramos: Andy (Korea), Bartley y Julie (USA) Johny (Malta), Linda (Hong Kong), 2 personas de Ghana y yo. Al día siguiente Linda tuvo un accidente en su carpa, una lesión, fiebre, etc. por lo que no vino más…. y los de Ghana desaparecieron sin razón alguna. (Ah sí. Hay quienes van al Jamboree y luego se transportan a otra dimensión desconocida).
OK. La cosa es que los miembros de la Fika Patrol fuimos muy unidos. Cada uno tenía su propia personalidad: Andy era calladito y muy servicial, Anna bastante organizada (aparte que por ser sueca entendía mejor que nadie las cosas), Birdie le ponía alegría al grupo (y la nota contaminante, porque tenía el vicio del cigarrillo), Julie decía que no sabía hacer nada más que silbar fuerte (mentira! era super buena onda), Johny gustaba de contar sus historias de Malta en su inglés masticado con un acento italiano – cuando no estaba haciendo payasadas – y Bartley era el Shakespeare de la patrulla, siempre acertado con los términos más apropiados para cada ocasión.
Aunque éramos la patrulla Fika, teníamos un grito animal para llamarnos entre nosotros: “chiip chiiip!!!” (como un pájaro…. debido al nombre de Birdy). Fuera del trabajo íbamos juntos por diversos lares (claro que yo no siempre estaba con ellos, puesto que tenía que ir de vez en cuando a solucionar unos temas del stand de la delegación….). Pero en líneas generales la pasábamos juntos, experimentando las diversas actividades del Jamboree, divirtiéndonos en los diversos restaurantes de todo el mundo, inventando términos propios (como el F.C.C.= Free Cancer Center = el área de fumadores), conversando de nuestras propias realidades scouts y no scouts…. Inclusive hubo confesiones muy personales, que normalmente no se hacen así nomás a cualquier desconocido. Ya ven: en tan poco tiempo, se armó una minifamilia.
Sí. Puedo decir que la Fika Patrol fue lo mejor que me pasó en el Jamboree de Suecia. Ya lo decía B-P: el mejor momento de la vida Scout es cuando uno es Guía de Patrulla. El haber convivido como patrulla en un Jamboree (habiendo pasado hace muchos años la etapa Scout) ha sido algo que nos ha devuelto el espíritu joven, las ganas de trabajar en equipo, y un sentimiento de hermandad único.
En el día de la clausura hice una pequeña ceremonia sólo con mi patrulla: a cada uno le di un nudo de pañoleta (hecho en casa con un trocito de cuero y una aplicación de las líneas de nazca)…. y un parche especial, que no suelo cambiar, sino sólo regalar: desde hace un tiempo he creado esta tradición personal de otorgar la insignia de primera clase, sólo a quienes considero amigos de primera clase. Como se imaginarán, fue un momento muy solemne y emotivo a la vez.
Si nos volveremos a juntar todos al mismo tiempo? no lo creo. Pero sí tengo la certeza de que en Suecia, Holanda, Malta, Hong Kong y Estados Unidos, tengo un buen amigo que está pensando en mí. Y si algún día nos llegamos a encontrar, estoy segura de que nos diremos “Chiip chiip!” y será como si no hubiera pasado el tiempo. Porque así somos los Scouts.
Ojalá en otros eventos, sean nacionales o internacionales, se tome como ejemplo esta iniciativa para la gente que trabaja en el Equipo de Servicio. ¡Vale la pena!