La Promesa del Lobato

“Yo prometo ser siempre mejor,
amar a Dios y a mi país,
y cumplir la Ley de la Manada”.

QUÉÉÉÉÉÉ????!!!! Casi me da chucaque cuando leí el texto de la Promesa en la Cartilla del Lobato que mi hijo trajo a casa. A pesar de que son varios años los que ya no soy Bagheera, en mi memoria todavía quedan las palabras de la Promesa como se la enseñábamos a nuestros chicos:

“Yo ………….. (nombre)
prometo hacer siempre lo mejor que pueda
por cumplir mis deberes
para con Dios, mi Patria  y mis padres;
obedecer la Ley de la Manada
y hacer una buena acción a alguien cada día”.

Si son buenos observadores se habrán dado cuenta de que hay dos diferencias bastante grandes entre ambos textos. Bueno… hay más, pero estoy eligiendo las dos más evidentes.

En la nueva fórmula, establecida por la Oficina Scout Interamericana (por ende: oficial para Latinoamérica) se ha dejado de lado:

– los padres, y
– hacer una buena acción cada día.

Promesa de Lobato, Grupo Scout Aguila, Madrid

El texto original de la promesa, en “The Wolf Cub’s Handbook” (el Manual del Lobato, escrito por B-P)  dice:

“I promise to do my best
to do my duty to God and the King,
to keep the Law of the Wolf Cub Pack
and to do a good turn to somebody every day”.

Ciertamente este texto ha sido adaptado a la realidad de cada país – especialmente lo concerniente al rey o la reina.  No hace referencia a los padres del lobato, pero sí a la Buena Acción diaria.

Todavía no he investigado a fondo las antiguas cartillas de nuestra Asociación para ver el texto oficial… ¿Tal vez la mención de los padres fue algo que se inventó en nuestro grupo?  Creo que no: en la Promesa española sí aparecen.  En todo caso, considerar a los padres me parece una línea muy importante para la Promesa de un Lobato. Al fin y al cabo, el niño vive con su familia, que es el punto de partida de una sociedad. ¿Cómo podría un niño amar a su país, o cumplir sus deberes respecto a su país, si no es capaz de hacer lo mismo con quienes tiene más cerca, es decir, con sus padres?

Habrá quienes piensen que eso es obvio, que es lógico, que ya ni necesita mencionarse… Si dicen eso, es porque no tienen hijos, o porque no conocen la psicología infantil.

Un niño pequeño necesita que se le especifique las cosas.

Un ejemplo muy simple: Se le dice al hijo de 8 años : “Alístate”,  es probable que se ponga las zapatillas. Pero seguramente no habrá considerado ir al baño, lavarse las manos, ponerse una chompa un poquito más gruesa, llevar las cosas que tuviera que llevar, etc. Por tanto, el “alístate” podrá funcionar bien para un adulto, un joven (y eso!)… pero para un niño, es insuficiente.

Repito: un niño pequeño necesita que se le especifique las cosas.  Creo que debería incluirse a los padres en el texto de la Promesa. Así el niño será más consciente de que también sus papás son parte importante de su vida como Lobato, de ser siempre mejor, de hacer siempre lo mejor, de que tales empeños deben comenzar en la casa.

La otra línea que falta, es la de la Buena Acción diaria. ¿Cómo se puede haber dejado de lado esto, que es una de las características por las cuales se suele conocer a los scouts?  Es sabida la historia del scout que orientó a William D. Boyce, un americano extraviado en Londres, y que rechazó una propina contestando con orgullo que era un Scout; Boyce quedó intrigado y pidió al muchacho que le enseñara más al respecto, a lo cual el chico lo llevó donde B-P. De esta feliz situación, Boyce llevó el movimiento Scout a los Estados Unidos. Tan sólo por una Buena Acción.

Así que no entiendo por qué se tuvo que eliminar la línea de la Buena Acción diaria.

¿Se habrá querido simplificar la Promesa para que los niños la aprendan y comprendan más fácilmente? No sé. En América Latina hemos tenido miles de lobatos recitándola, sin ningún problema.

¿Se quiso estandarizar la fórmula para todos los países? No está mal la idea; lo que está mal es haber simplificado tanto la Promesa, hasta el punto de eliminar a los padres y la Buena Acción, elementos cruciales en la vida de un buen Lobato, de un chico que está en formación para ser un buen adulto.

2 thoughts on “La Promesa del Lobato”

  1. Hola
    Comparto en gran parte tu opinión Y estoy plenamente de acuerdo de que la buena accion de cada día es uno de los pilares del scoutismo por lo que no debe ser eliminada de ninguna promesa.
    Soy un poco mas cautelosa con la linea de los padres ya que existen demasiados casos “particulares” a tener en cuenta antes de exigir que la linea de los padres vuelva a la promesa, recordemos que existen lobatos huerfanos de uno o de ambos padres, padres abusivos o que han abandonado a su familia y otros tantos que quizas no sea necesario enumerar pero que existen y lamentandolo mucho en cantidad.
    Saludos!

  2. Hola Silvia: Gracias por tus palabras. Como tú dices, hay muchos casos “particulares”. En efecto, creo que en la actualidad debe haber un buen porcentaje de lobatos que procedan de familias separadas… sin embargo, no sé con exactitud si son mayoría o no. En todo caso, sí creo que la mayoría vive al menos con uno de sus padres, y son mucho menos los huérfanos o los que tienen la terrible suerte de vivir con uno o dos padres abusivos. (Además considero poco probable que este tipo de padres envíen a sus hijos a los lobatos… aunque nada es imposible, no?).

    Si en los colegios se tomara en cuenta cada una de las particularidades, entonces no se debería enseñar a respetar a los padres. Y si en la Promesa no se incluye a los padres, entonces tampoco vale la pena enseñar a los lobatos a hacer siempre lo mejor en su casa, a respetar a los suyos.

    Tal vez una solución sería que Akela vea la particularidad de cada lobato que se promese… Así unos podrían decir: “Obedecer a mis padres”, otros: “obedecer a mi mamá”, los huérfanos: “obedecer a mis abuelitos”, etc. No creo que haya un niño que viva por completo solo, sin familia, y que esté en una Manada. Pero si lo hubiera, ahí sí obviaria la dichosa frase.

    Sólo para terminar: existe el caso de Matthew McVeigh, un lobato escocés de 8 años que antes de hacer su Promesa pidió cambiar el texto de “cumplir mis deberes para con la Reina” por “cumplir mis deberes para con mi país”. Lo que sucede es que el niño viene de una familia católica y le han enseñado que la Monarquía británica estableció que el trono está reservado a los protestantes. (Además: en el Reino Unido la cabeza de la iglesia es el Rey o la Reina de turno, desde los tiempos en que Enrique VIII decidió dejar a su esposa por otra… y en vista que el Papa no lo aprobaría, se instituyó él como jefe de la iglesia en Inglaterra).

    Volviendo a la historia de Matthew: es obvio que la frase de cumplir los deberes para con la Reina, se refiere a los deberes para con la Patria (o “amar a mi país”). Sin embargo, la actitud del niño es consecuente con los valores que le han enseñado en su casa: si siente que hay una discriminación hacia las personas de su confesión, ¿por qué habría de prometer servir a su Reina, actual representante de los que establecieron esta discriminación hace varios siglos? O mejor: ¿por qué habría de prometer algo con lo cual él no está de acuerdo? ¿No enseñamos a nuestros niños que las promesas son para cumplirse?

    La cuestión de fondo: a Matthew (seguramente muy influenciado por su familia) no le gustó la palabra “Reina” y notando que era evidente que se refería a servir a su país, pidió cambiar el texto de la promesa en esa línea… tal como lo permiten los scouts británicos con aquéllos que no creen en Dios sino en otra deidad (reemplazan el nombre de Dios por otro), o con los extranjeros que están viviendo en ese momento en el Reino Unido (dicen: “deberes hacia el país donde vivo actualmente”). Lamentablemente al niño no se le permitió cambiar la frase, pues por ser británico tiene que decirla tal cual. En consecuencia, el chico no puede hacer la Promesa, no puede usar la pañoleta, no puede avanzar en su adelanto…. ¿estamos hablando de discriminación o qué? Los jefes dijeron a la mamá que si no recitaba el texto literal, no iba a considerársele promesado… que sí podría ir a los paseos, a las reuniones, pero no usar la pañoleta.

    Matthew dice: “No es justo. No quiero prometer algo en lo cual no creo. De veras me gusta estar en los Lobatos y no quiero sentirme apartado o diferente de los demás”.

    No sé en qué habrá terminado el caso (ya es de junio del 2008) pero cuánto querría encontrar Lobatos – y Scouts – con actitud… capaces de saber que una Promesa no es cualquier cosa, y que si se dice, es para cumplirse! (Matthew: eres bienvenido aquí!)

    Nada más. Un fuerte apretón de mano izquierda!

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