He tenido la suerte de participar en varios Jamborees Mundiales: el de Holanda en el 95, el de Chile en el 98-99, el del Centenario en Inglaterra el 2007, y ahora último en Suecia, el 2011.
¿Cómo comenzó todo esto? Creo que estaba por asistir al Panamericano en Cochabamba (dic 94- ene 95), pero la fecha se me complicó un poco… entonces al enterarme de que a mediados del 95 se llevaría a cabo el Jamboree Mundial, terminé cambiando Bolivia por Holanda. En nuestra oficina nacional no se sabía mucho…. además el internet todavía no era muy utilizado. Así que terminé haciendo varias llamadas al extranjero (que eran carísimas en aquel entonces), y luego de un par de faxes y cartas, por fin fui aceptada por la organización. Técnicamente fui la única peruana en el Jamboree – aunque sé que asistieron otros 2 peruanos, seguramente becados por la Fundación One World, o algo similar.
Dada mi nula experiencia, fui con las cosas básicas de campamento… y cuando estuve allá me di con la sorpresa de que las delegaciones iban con uniformes especialmente diseñados para la ocasión…. y que cada Scout contaba con su lotecito de parches para intercambiar. Yo no tenía nada de eso… (qué desperdicio! un parche peruano habría sido superambicionado por los coleccionistas).
17 años más tarde, en pleno Jamboree del Centenario Scout Peruano, mi amigo Rafa – Jefe de la Delegación Venezolana – hizo un comentario que me dio risa: “Tienes una pinta de Jamboree Mundial !!!”. En verdad esa mañana era para mí como cualquier otra, y no sentía como que me hubiera vestido de una manera diferente…. pero analizando bien mi “look”, Rafa tenía razón: andaba con un polo scout, mi sombrero favorito (uno coreano, que cambié en Inglaterra), con dos pañoletas atadas de una manera especial, el fotocheck, el canguro a la cintura, el agua en el portabotellas de tela incaica, un par de pines en las pañoletas…. Y es que casi sin darnos cuenta, cada evento Scout en el que participamos nos hace ganar experiencia, que inclusive puede llegar a reflejarse en nuestro aspecto físico.
Recuerdo que estando en Holanda me quedé impresionada viendo la carpa de una pareja que había llevado hasta catres, radio, tv, etc…. sólo faltaba la lavadora de ropa! (bueno, estoy exagerando un poquitín). El caso es que me di cuenta de que en un Jamboree las carpas no necesariamente tenían que parecer “carpas”. Así he visto unas decoradas con banderitas, con flores (sean naturales o artificiales), con algún elemento tradicional…. otras destacaban en la noche gracias a las luces de navidad o las lamparitas de jardín que funcionaban con pequeños paneles de energía solar…. algunas tenían su “patio” con sombrilla, sillas playeras y hasta una minipiscinita (para mojar los pies!). Ahora último en Suecia vi un poste en cuya parte superior habían atado una bicicleta (una delegación de scouts africanos que habían llegado en bici desde Roma) y en Inglaterra había un supuesto scout enterrado de cabeza hasta la cintura (“por no haber querido lavar su bandeja” decía un cartelito al costado – la carpa era de gente del equipo del comedor). Además las banderas nacionales son ya un clásico (aunque a veces han sido víctimas de hurto, lamentablemente).
El swopping o intercambio de parches y otros souvenirs es una de las actividades más populares en los Jamborees mundiales. Inclusive la organización del evento prevé lugares especiales para dicha actividad. Todo el mundo va preparado con su bolsa de insignias, pañoletas y más cachivaches…. y es común ver a los fanáticos sentados revisando minuciosamente los parches de colección que se les ofrece.