¿Juegos aburridos?

Hoy recibí un correo de mi amiga Patty Alfaro, quien después de haber trabajado años en Tropa ha incursionado en la Manada. Escribiéndole algunas sugerencias que le ayudaran en su nueva rama, me acordé de mis épocas de Bagheera… nuestra manada era bien chiquita, pero los lobatos super entusiastas. Akela era Vicky Machuca, no había Baloo, pero sí Raksha – Alejandra Ortiz – y Bagheera – yo.

Como verán, este juego no tenía mayores probabilidades de éxito… Sin embargo lo lanzamos. Repartimos a cada niño monedas de cartón y varios retazos de tela (medían entre 1 metro y medio, y 2). Ellos debían imaginar que eran mercaderes recién llegados en sus barcos, y debían vender sus telas de la mejor manera posible… Esa fue toda la explicación.

Al juego yo no le daba más de 5 minutos. Las reglas no estaban claras – ni siquiera para nosotros! Pero entonces los chicos se alocaron con la historia: se metieron tan bien en su personaje que comenzaron a discutir unos con otros sobre precios, colores, tamaños, calidades, origen de las telas, etc. Se peleaban los clientes, cambiaban de clientes…. en fin! El jueguito duró más de 20 minutos, y acabó porque lo cortamos, no porque los chicos hubieran estado aburridos.

Esto me enseñó que la lógica de los niños no siempre va con la de los adultos. Así que no lo piensen tanto la próxima vez que preparen un juego para sus lobatos!!!!

Ahora bien, yo había comenzado mi labor de dirigente con la Tropa femenina. En un momento dado me fui de viaje y al regresar me informaron que me habían inscrito para recibir un curso. La sorpresa fue tremenda al saber que estaba en un curso de Manada!!! Debía haber un error!!! Ubiqué a Vicky y le dije: “¿por qué me has inscrito en este curso?” y su respuesta fue: “Porque te necesitamos en la manada”. Así fue como entré, medio a regañadientes, pero después me gustó mucho el trabajo con los chiquillos. Y ellos disfrutaban más cuando yo me transformaba en una especie de Baloo y les contaba historias del Libro de las Tierras Vírgenes, con todos los sonidos y efectos especiales del caso.

Bueno. Una vez hicimos un acantonamiento con el tema “Simbad el Marino”. Contábamos con un montón de retazos de telas coloridas y brillantes (creo que con ellas se hacían polos y shorts deportivos), y nos sirvieron muy bien para que los chicos se hicieran turbantes y cinturones. Pero aún sobraban un montón. Entonces nos preguntamos qué podríamos hacer con tanta tela…

Y decidimos improvisar un juego… ¡Y cómo! Vicky dijo que haríamos un mercado de telas, y los chicos serían los mercaderes que traían telas desde otras tierras, las cuales debían venderse a los mejores precios. Valía regatear, dar ofertas de 2 por 1, hacer trueques, etc.

– ¿Y quién gana?
– No sé.
– ¿Y cómo termina el juego?
– Tampoco sé.